Dios
es un indivisible. En él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro
ser. Sé y creo que Dios habita en cada persona; soy uno con Dios y con
toda la gente. Ahora atraigo una unión espiritual, pues el espíritu de Dios
obra a través de la personalidad de alguien con quien armonizo perfectamente.
Sé que puedo dar a esta persona el amor, la comprensión y la verdad. Sé
que puedo hacer la vida de esta persona plena, entera y maravillosa.
Ahora
declaro que esta persona posee las siguientes cualidades y atributos; esto es,
es espiritual, leal, llena de fe y sincero. Es armonioso, pacífico y
feliz. Nos atraemos irresistiblemente uno al otro. Sólo aquella
persona que pertenezca al Amor, la verdad y la integridad podrá surgir a
mi experiencia. Ahora acepto a mi compañero ideal.
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