Estamos reunidos en la
presencia de Dios. No existe sino un
Dios, una vida, una ley, una mente y un padre: nuestro padre. Estamos unidos en el amor, la armonía y la
paz. Me regocijo en la paz, la felicidad
y el buen éxito de mi pareja. Dios guía a cada uno de nosotros en todo
tiempo. Nos hablamos el uno al otro
desde el punto de vista del divino centro dentro de nosotros. Las palabras del
uno hacia el otro son como bresca, dulces al oído y agradables a los
huesos. Nos identificamos con las buenas
cualidades de uno y otro, exaltándonos constantemente.
El amor de Dios fluye a
través de nosotros hacia los de nuestra casa y a la gente por doquier. Creemos y sabemos que el poder y la
inteligencia omnipresente del infinito se mueve a través de cada uno de nosotros
y de los miembros de nuestra familia, y que estamos sanos positiva, definida,
física y mentalmente. Sabemos que la recta acción divina tiene lugar en cada
célula, órgano, tejido y función de cada uno de nosotros, manifestándose como
amor, paz, armonía y salud.
Creemos que la divina
orientación es ahora experimentada por todos en esta casa. Dios el gran consejero, conduce a cada uno de
nosotros a caminos de placer y rutas de paz.
Las palabras que ahora
pronunciamos realizaran nuestros deseos y prosperaran allá, donde son enviadas,
Ahora nos regocijamos e ingresamos al ánimo de agradecimiento, sabiendo que
nuestra oración de fe se cumplimenta.
Comentarios
Publicar un comentario